Por medio de la realización de pequeñas incisiones, se introduce una cánula de liposucción en las partes del cuerpo que deseamos dar forma. Para la lipotransferencia, extraemos la grasa de forma estéril, se lava y centrifuga para ser transferida a las zonas establecidas. Suele ser común en glúteos, mamas, cara y dorso de manos.

Realizar una lipoescultura es más seguro y cómodo con anestesia general, porque hablamos de muchas zonas y una cantidad en exceso de anestesia local puede aumentar las complicaciones.

Dependerá de las partes del cuerpo, cantidad de grasa y la naturaleza anatómica de cada paciente. Claro está, la lipotransferencia extiende la operación unos 30 o 60 minutos. Generalmente, este tipo de intervención dura entre 3 y 4 hora.

Las primeras horas tras la cirugía es posible sentir un dolor moderado aunque fácilmente controlado por medio de analgésicos. Después de 48 o 72 horas, la sensación de dolor mejora. 

Recuperar las actividades deportivas o de ocio llevará aproximadamente 1 o 2 meses, y deberá utilizarse protector solar. Pero las actividades laborales pueden reiniciarse en 5 días dependiendo de la evolución.

La inflamación de las áreas del cuerpo succionadas seguirá durante algunas semanas, así la forma y resultado definitivo será evidente tras el tercer mes de postoperatorio. El o la paciente usarán una faja especial, generalmente durante 2 o 3 meses.

Solemos recomendar 2 sesiones de cavitación, varias semanas previas a la liposucción.

Después de la lipoescultura aconsejamos presoterapia, que es un método de drenaje linfático, con 2 sesiones semanales y drenaje linfático. Una vez se tolere el masaje linfático manual y cavitación, lo siguiente es vacumterapia y la radiofrecuencia, para que el resultado sea el mejor posible.

Es una intervención quirúrgica que tiene el objetivo de definir zonas del cuerpo y mejorar la silueta de los pacientes con peso normal o ligero sobrepeso. Para que los resultados se mantengan es fundamental seguir unos hábitos alimenticios saludables.